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ERRORES Y DESATINOS PARTIDARIOS

Leíamos el día de ayer  en la sección “chiquitas” del Diario Correo, como una candidata al congreso, que por cierto resulta ser un familiar en primer grado del líder del partido Alianza Para el Progreso (APP), se manifiesta con gran enfado y en tono amenazante que, “No permitiremos que grupos de poder que defienden  intereses oscuros, intenten dejar fuera de carrera a César Acuña”, razones que nos obligan a colegir que  para la hermanísima del aspirante al sillón presidencial, las malas artes o las zancadillas en época electoral son preponderantes para impedir que un aspirante a la máxima envestidura gubernamental participe o no en una contienda  presidencial, cuando  las leyes y los entes electorales que la regulan y la aplican no pueden ser dejadas de lado para la toma de una decisión en aplicación de la norma expresa que ha sido vulnerada y que debe ser aplicada en su contexto factico y legal.

En este sentido, si queremos que la democracia impere con una solides y un peso proporcional y, la institucionalidad se haga cada vez mas fuerte en el país, debemos propender que las normas inherentes imperen y que las decisiones de los encargados de administrarlas y aplicarlas sean respetadas y cumplidas a cabalidad, y no someterlas a una maraña de improperios disfrazados o adjetivaciones inconsistentes con el fin de lograr torcer un fallo o victimizarse ante un hecho de omisión insubsanable o un error de fondo que no admite cambio o interpretación alguna, más no, que aquellos que lo propiciaron, griten a voz en cuello ser victimas de poderes oscuros o malas intenciones trasnochadas, cuando son ellos los que propiciaron ser sometidos al escrutinio de la legalidad electoral, por haber hecho mal lo que se tuvo que hacer bien y no lo hicieron.

Mal hecho pues, que ahora que el suelo no esta parejo para ellos, salgan sin desparpajo alguno a decir que sectores soterrados estén complotando contra su organización que ni siquiera ellos saben que arraigo y popularidad tienen, sin darse cuenta que su imagen partidarista esta magullada por la desatinada votación que generó la vacancia de un presidente fariseo, con signos evidentes de un actuar presuntamente corrupto, que generó un debilitamiento de la estabilidad política gubernamental y la pérdida de vidas humanas que hasta hoy no han sido esclarecidas y sancionadas como ya debió haber sucedido.