OPINAMOS: La danza de los relojes

 La danza de los relojes 

Por: Jorge Chávez Pita

Consultor

En los últimos días, hemos sabido que la presidenta del Perú, Dina Boluarte, tenía un colección como parte de sus lujosos atuendos, relojes de alta gama de la prestigiosa marca Rolex, según ella, adquiridos con su propio peculio producto de sus ahorros amasados durante los años que ocupó cargos públicos de mediana jerarquía, los cuales – según su versión -, la han servido para satisfacer su aparente debilidad y truncos deseos de antaño de portarlos y exhibirlos con total naturalidad y sin temor alguno para su exhibición.

Nada de esto hubiera sido cuestionado, si la mandataria de la nación los hubiera declarado en su hoja de vida como su patrimonio al momento de asumir la presidencia del Perú,claro está, después del fallido golpe de Estado de Pedro Castillo, más aún, si estos elementos de lujosa dimensión -según la dignataria – son parte de sus gananciales bienes muebles que ella por si misma manifiesta que son de su propiedad.

No hay texto sin contexto, ni aseveraciones sin sustento, pero en este caso, ni uno y otro concepto aclaran por qué estos lujos desmedidos no son creíbles en el contexto de su adquisición para ser considerados como su propiedad, máxime si estos elementos que brillan y dan la hora, hasta antes de asumir el mayor cargo de la nación, no aparecieron ni por atisbo en la muñeca engrandecida de la dignataria que hoy luce relojes y demás atuendos de alta gama y diseños de alta calidad.

La arrogancia y  el exhibicionismo, siempre son la causa y el efecto de una circunstancia contradictoria y senil, más aun cuando estos dos elementos concomitantes van en sentido paralelo de la contradicción de ofertas e identificación con las carencias de la clase social másempobrecida de un país, lo cual es el caso de Dina Boluarte, quien en plazas y lugares donde tiene que asistir, pregona su solidaridad con los pobres y su lucha constante para cada vez hayan menos gente empobrecida, en el país donde ella nació.

Sin embargo, a la luz de las evidencias, sus pregones de lucha contra la pobreza son tal cual sus y sus ofrecimientos para este fin colisionan con la verdad, cuando la presidenta del país no hace sino mostrar y ostentar su riqueza no transparentada como la ley lo manda con total precisión.