OPINAMOS: El ruido político

 El ruido político


Por: Jorge Chávez Pita

Consultor


Los destapes y escándalos cada vez más evidentes, que día a día vienen siendo públicamente expuestos, están incidiendo con demasía celeridad en el deterioro sostenido en el que se encuentra la actividad política gubernamental que inexorablemente mantiene en vilo el alicaído estatus quo que hoy en día vive el Perú, sin que para ello, se avizore, por lo menos, un punto de giro que permita recomponer lo mal hecho y enderezar lo mal andado.

La fractura del orden constitucional, los desmadres concurrentes en el ejecutivo, en el aparato congresal y el mal llevado sistema de justicia, están erosionando los cimientos de una estructura debilitada llamada país. Hoy el Perú, es una nación donde los escándalos y escandaletes imperan, la irracionalidad se supera y los malos hábitos de la inmoralidad recurrentes, son los ingredientes que activan pasiones de una sociedad cada vez más enardecida y malamente traída a menos en su condición de mediana habitabilidad ciudadana que hoy sostiene.

El ruido político es letal para mantener un aparato estatal que gobierne, atraiga y dé seguridad jurídica a la inversión privada y la llegada de capitales extranjeros tan necesarios para el desarrollo de un país. Nada es posible, si estos condicionantes de extrema necesidad construyan una estructura que permita superar la precariedad en la que hoy se encuentra la nación, producto del accionar político indecente, donde los depredadores del Estado se enriquecen y los contraejemplos se enternecen.

En ese sentido, la degradación de la política, la catadura moral de sus actores – por cierto tan venida a menos -, y la hipocresía clásica prevalente en su accionar, no hace sino arraigar un modus vivendis de inestabilidad institucional, que deviene de un ruido político más altisonante y preponderante para generar el caos instrumentalizado que cada vez toma formas de alevosía, con insania y propósitos desestabilizadores, de una democracia que cada vez se desarraiga de su solidez y se torna día a día más débil e inconsistente como sostén de una nación que va cuesta abajo en su concepto institucional.      

Comentarios

Entradas populares